Opinión. Por Simón Gonzalez Alegre
La ley que regula las primarias, abiertas y simultaneas (PAS) en la provincia de San Luis data del año 2017. La normativa vigente, establece, a diferencia de las PASO (Primarias, Abiertas, Simultaneas y Obligatorias) que, si un partido no presenta dos listas o más, no debe participar en los comicios primarios. En San Luis tampoco existió nunca el piso electoral del 1,5% para acceder a las elecciones generales. Con la no obligatoriedad de las primarias, cualquier partido pasa directo a las generales (así participe o no en las PAS).
La transición de PASO a PAS significó una des democratización del proceso de elección de candidatos, aunque las primarias obligatorias no garanticen el mejor sistema, la ley de San Luis es mucho menos permisiva para la construcción de grandes frentes. Fomenta, aún más, el verticalismo impuesto en los dos partidos más grandes de la provincia.
Una reforma hoy, le garantizaría a Claudio Poggi y Alberto Rodríguez Saá un mayor porcentaje de votos (cercano al 91% entre ambas fuerzas en las elecciones 2021), pero también una pluralidad que hace mucho no se ve y la ley de PAS dilapidó aún más. La lógica que parece no ver el gobierno es que ante menos boletas “filo-peronistas”, más votos dentro de su espacio. Así como Claudio Poggi necesita de ese corto porcentaje de la UCR para asegurar la provincia.
Como primera medida, el ejecutivo debería enviar una nueva ley electoral que garantice la democracia, pero a la vez que termine con las listas colectoras y los partidos testimoniales. ¿Cómo conseguir esto? Volviendo a la obligatoriedad de las primarias y prohibiendo las “reservas de cargos” para adherir una boleta de cargo menor a la de mayor jerarquía de un partido grande.
También es necesario instalar un piso en las PASO para acceder a las elecciones generales, algunas provincias utilizan un 3% del padrón y en San Luis no es un número alocado para sugerir, no por lo que significa a nivel provincial (algo así como 7000 votos) sino por la mínima cantidad de votantes que tienen algunos departamentos y la cantidad de partidos fantasmas que se presentan en los mismos a cargos municipales o departamentales.
Una excelente reforma, aunque no urgente, que podría instalar San Luis es la Boleta Única de Sufragio (BUS), un papel impreso con todas las listas y donde el votante marca con una lapicera su opción, pudiendo votar lista completa o separar por cargos. Es probable que exista una menor porción de corte de boleta, pero lo máximo que elige un ciudadano en San Luis son cuatro cargos y no es tedioso el proceso de hacer cuatro marcas distintas. Podría pensarse en boletas separadas por cargo como otra opción.
El momento de hacerlo es ahora, las elecciones del 2023 harán que quien asuma como gobernador pueda tener mayoría en las cámaras pero no así en la sociedad que estará totalmente polarizada, cada paso hacia el consenso previo a los comicios es un problema menos para una provincia tan dividida. Una nueva ley electoral es necesaria, debe ser ahora y con apoyo de todas las fuerzas.
El autor tiene 22 años, es periodista y estudiante de comunicación social. Escribe en su propio medio elasesordemerlo.com. Para estar al tanto de sus opiniones seguilo en Twitter como @simongonzalegre.
