Distintos concejos deliberantes han establecido el mecanismo por el cual el ciudadano puede dialogar con la institución legislativa. En casos como la Villa de Merlo, algunos temas han llegado a ser conflictos personales o simplemente temas que podrían ser solucionados con una nota pertinente.
Sin juicio sobre los temas expuestos ni las resoluciones que ha tomado el cuerpo, es necesario pensar a futuro una nueva ordenanza que genere respuestas e interés de la comunidad. Desde hace más de un año las sesiones son transmitidas por las redes del HCD y esto amplía el universo de quienes ven y debaten sobre lo ocurrido, dado esto es que muchos más ciudadanos han accedido a la banca del vecino.
Esta normativa tiene algunos vacíos que, transmisión y crecimiento demográfico mediante, han quedado expuestos. Cabe aclarar que estos son algunos de los causantes porque sin la posibilidad de observar la actividad, esto hubiera quedado en los concejales presentes. La demografía de Merlo también es un componente necesario, los vecinos históricos solían conocer cómo solucionarlo sin asistir a la banca o cuando la solicitaban hacían el uso que se establece, incluso proponiendo opciones para resolver (cómo al día de hoy lo sigue haciendo la agrupación Juvennat).
La ordenanza establece que debe ser tratado cualquier tema de “Interés comunal” y que no deben darse detalles del mismo para solicitar la banca. ¿Qué es interés comunal? La ordenanza no lo define y el hecho de no tener que explicar el pedido genera que alguien podría tergiversar su tema para obtener la banca y luego exponer sobre otra cosa. Aunque pueda darse por finalizada la palabra si esto ocurre, se pierde una banca que pudo tener alguien más.
Definirlo no es simple y en un plano ideal debería tener consenso de la totalidad de los ediles. ¿Qué es interés comunal? En primer lugar, algo que afecte a parte de la sociedad (y no un conflicto entre particulares), incumpla las ordenanzas (aunque debería intervenir el juzgado de faltas), perjudique a la Villa de Merlo o que pueda modificar la identidad merlina. Para poner un ejemplo, un festival de folclore durante el feriado de carnaval ¿está prohibido? No, pero sin lugar a dudas competiría con el Valle del Sol que es de lo más icónico de la localidad. Es un caso hipotético, pero cualquier vecino podría reclamar por esto.
Lo interesante radica en que lo que quede afuera, no sea descartado, sino que pueda tener tratamiento en comisión (con transmisión pública) o derivado a un área municipal/centro de mediación que ofrezca soluciones. Algunas ideas apuntan a que el pedido de banca ingrese, pase a comisión y en la siguiente sesión se apruebe. En un plano ideal tardaría 14 días entre el pedido y la banca en sí. No es errada la idea, para que la comisión defina, pero otra vez en un ideal, los concejales deberían llegar a la sesión con el pedido estudiado y una posición tomada. Sino la banca puede perder el objetivo porque algo que iba a suceder (por lo que se pedía la banca) ya sucedió.
Otro vacío a ser resuelto es la posibilidad de presentar el pedido de forma virtual, como está proyectado, una habilitación de un nuevo sistema exige un artículo de la ordenanza con la seguridad que este requiere. Además, si un pedido ingresa primero por un minuto y no tiene tanta prioridad ¿hay margen para dar el tratamiento que corresponde?
El último punto es el vecino en sí. Aunque la ordenanza lo dice claramente, previo a otorgarle la banca solicitada debería pedirle que firme algún documento donde asegure conocer lo público de las sesiones. También en que una banca del vecino con temas de real interés comunal, generaría mayor repercusión del resto de merlinos.
Esta ordenanza podrá no ser excelente en términos legislativos, pero le garantiza una voz al vecino, mientras el espíritu siga intacto las modificaciones para perfeccionarla son necesarias.