En un contexto inédito dentro de la Casona de Sobremonte, el pasado 1º de febrero, el intendente Juan Manuel Llamosas, inauguró un particular período de sesiones ordinarias del Concejo Deliberante.
Es el primer período legislativo que se abre un 1 de febrero, tal como lo estableció la ordenanza 1.228 aprobada en 2019 por unanimidad, la que introdujo una reforma por enmienda en el artículo 67 de la Carta Orgánica Municipal referido específicamente al inciso 2, lo que modifica el período de sesiones y lo extendió desde el 1 de febrero hasta el 30 de diciembre de cada año. En los hechos, en muchos períodos las discusiones del recinto se prorrogaron hasta finales de diciembre, pero formalmente el límite fue el 30 de noviembre. Ahora eso quedará obligatoriamente establecido que el Concejo sesionará durante 11 meses y dejará enero para extraordinarias si fuese necesario.
Ese cambio realizado en el poder legislativo local fue ratificado por referéndum con la mayoría absoluta de los votos válidamente emitidos el 29 de noviembre pasado, cuando los riocuartenses concurrieron a las urnas para elegir al nuevo intendente. Aquel proceso fue el tercero de los intentos electorales de la ciudad, luego de la postergación de marzo, cuando comenzó la cuarentena estricta en todo el país, y septiembre, la segunda fecha que se había fijado, pero que coincidió con el pico de mayor cantidad de casos de enfermos de coronavirus en Río Cuarto. Eso obligó a portergar hasta fines de noviembre la elección.
Por ese motivo hubo otra particularidad: la asunción del intendente y su discurso se dieron el 10 de diciembre muy cerca del mensaje que dio durante casi dos horas en el recinto de calle Sobremonte. En los recambios anteriores de intendente, la asunción se realizaba a mitad de año, lo que quedaba con casi 8 meses de distancia con respecto al inicio de sesiones que era el 1 de marzo.
Por eso, Llamosas emitió su discurso ayer y en muchos tramos coincidió con el de asunción, fuertemente influenciados ambos por la pandemia. Las proyecciones para el año y las políticas generales de su gestión tuvieron muchos tramos en común.
Lo cierto es que la primera convocatoria de febrero tuvo además un nivel de exigencias en base a los protocolos de Covid. Por eso, el paisaje del Concejo Deliberante también fue especial.
El salón, que siempre tuvo tres sectores diferenciados, uno con las bancas de los concejales y detrás de una valla el público en el fondo y los funcionarios a los costados. Sólo estuvieron los legisladores locales y los técnicos responsables de la emisión en vivo para las plataformas virtuales.
Quiénes estuvieron :
En total, 19 concejales, el secretario, la prosecretaria y el intendente Juan Manuel Llamosas. No hubo tampoco funcionarios, más allá de alguna presencia en el hall de ingreso, especialmente de las áreas de comunicación de la Municipalidad. Tampoco familiares del intendente, como habitualmente ocurre en cada inicio de período de sesiones o grupos de militantes en la puerta.
Los protocolos Covid impidieron que incluso la prensa pudiera ingresar al recinto y debió contentarse con cubrir el evento desde las pantallas dispuestas afuera o bien de manera remota por los canales habilitados. Ya el secretario José Barotti, en el inicio de la sesión, remarcó la organización dispuesta en base a los “protocolos sanitarios y de prevención referidos a la pandemia Covid-19”. Por eso, se observó en el salón el distanciamiento, el uso de barbijo obligatorio, el alcohol en manos para el ingreso y los saludos de puños cerrados entre los integrantes del legislativo. Postales de una jornada que no tiene antecedentes para el Concejo Deliberante riocuartense.
Fuente Diario Puntal