Por Candela Ibañez Monge
Ayer, los argentinos, asistimos a las urnas y nuevamente, tal como sucedió en las elecciones Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias, del pasado 12 de septiembre, los ciudadanos se manifestaron abiertamente en contra del oficialismo.
Ésta pérdida del poder de una hegemonía política, el kirchnerismo, a manos de una consolidada fuerza opositora, Juntos Por el Cambio; como así también de una nueva propuesta liberal, encabezada por Javier Millei, marcó un cambio radical en los conceptos que los ciudadanos tenían sobre las ideologías políticas que conducen a un país a convertirse en una nación pujante, integrada al mundo y con un proyecto económico y político dotado de sólidas bases.
Considero oportuno resaltar la forma en la que el gobierno kirchnerista, en el afán de mantener su credibilidad y su perpetuidad en el poder, intentó imponer su dominio a través de su discurso populista. Sin dudas, el rol político que juega el Estado en este caso, es de suma relevancia, porque si bien por definición «representa a la totalidad de la población», detrás de ésta supuesta paridad jurídica, oculta las divisiones económicas y sociales que separan a los ciudadanos argentinos. He aquí donde reside la fortaleza del Estado, que permite sentar el dominio en el consenso.
Pese a los esfuerzos del Kirchnerismo de intentar mantenerse vigente en el poder, el pueblo argentino, una vez mas, le puso un freno a la improvisación, a la inseguridad, a la inflación, a la devaluación y a la continua inestabilidad económica, política y social.
Sin dudas, en las elecciones de éste domingo, quedó en evidencia que un pueblo con dignidad y firmes convicciones no puede ser sobornado con las viejas tácticas del populismo, poniendo «platita en el bolsillo» o regalando electrodomésticos.
Cabe destacar, que sumada a la correcta medida cautelar dictaminada por la justicia, a fin de impedir éste procedimiento clientelista, los ciudadanos, a la hora de expresarse en las urnas, mantuvieron sus convicciones y su hartazgo de ver a la dirigencia política kirchnerista atada al poder para vivir de él.
Vale aquí citar una estrófa de Vagabunderar, una canción de Joan Manuel Serrat: » Harto ya de estar harto, ya me cansé de preguntar al mundo por qué y por qué, la rosa de los vientos me ha de ayudar, y desde ahora vais a verme vagabundear». Sin dudas, en esta estrófa queda reflejado el sentimiento de muchos argentinos.
